martes, 1 de enero de 2013

La planta a la tierra: Sustratos

Plantar cannabis en macetas tiene su truco. Una maceta contiene poca tierra si la comparamos con la que tiene una planta que crece en el suelo. Con tan poco substrato, los nutrientes se agotan pronto, la tierra se seca con rapidez y el nivel de sales de la tierra crece con cada riego.

 
 
En general las marías, para crecer bien, necesitan cuatro o cinco litros de tierra por cada 30 cm de altura. Para una planta de balcón de un metro y medio o dos metros irá bien una maceta de veinte o treinta litros. Cuanto mayor sea la maceta más fácil será abonar sin sobrefertilizar ni quemar la planta. Un tiesto pequeño pide problemas.

Los tiestos de barro transpiran más que los de plástico. Esto hace que se conserven más frescas algo muy importante en un clima tan caluroso como el nuestro, pero se secan antes y hay que regarlas más a menudo. Las macetas de plástico son más cómodas por su menor peso pero se calientan mucho, especialmente las de color negro. Las blancas funcionan mejor.

Cuando la tierra se reseca y se contrae queda un espacio de aire entre la tierra y la pared de la maceta. Las raíces que viven entre la tierra y la maceta quedan expuestas al aire y las altas temperaturas lo que suele matarlas. Al morirse las raíces, el crecimiento y desarrollo de la planta se ven perjudicados. Para evitar que suceda hay que mantener la tierra húmeda y fresca (sombreando los tiestos si es necesario). Siempre que veamos un hueco entre la maceta y la tierra, debemos taparlo.

Es importante poner en el fondo de la maceta, antes de echar la tierra, una capa de grava, arlita, roca volcánico, etc. de unos dos centímetros que facilite el drenaje de la tierra. Los riesgos de regar en exceso, como pudrir las raíces., se evitan en parte con esta capa de drenaje.
Las jardineras funcionan bien porque cabe una gran cantidad de tierra y varias marías pero, si una de las plantas resulta ser un macho o tiene alguna plaga es difícil sustituirla sin dañar las raíces del resto.

Plantación en el suelo: la madre tierra

 

Aquel que tenga un suelo donde plantar, parte con grandes ventajas: la cantidad de tierra de que dispone cada planta es muy grande y no es tan fácil que las sales se acumulen. Durante los meses más calurosos la tierra no se calienta tanto como cuando está en macetas. Sin embargo, aún plantando en el suelo, se deben tomar algunas precauciones.

¿Cómo es la tierra? Casi todas las tierras suelen ser una mezcla de arcillas, arenas y materia orgánica en descomposición. Cuando una tierra tiene una gran parte de arena, se denomina tierra arenosa. Estas tierras retienen mal la humedad pero drenan excelentemente y las raíces reciben abundante oxígeno. Las tierras arcillosas, por el contrario, almacenan mucha agua pero a costa de un peor drenaje y una oxigenación más pobre de las raíces. Al cannabis no le gustan las tierras arcillosas.

La tierra ideal debe ser poco arcillosa, drenar bien pero almacenar la humedad necesaria, ser esponjosa y permitir una buena oxigenación de las raíces. Al mismo tiempo, debe tener una gran cantidad de materia orgánica. Si tiene la textura adecuada, la tierra húmeda debe compactarse y formar una pelota al apretar un puñado entre las manos pero se debe poder deshacer con facilidad.
Si la tierra de que disponemos es demasiado arenosa o arcillosa, mejoraremos su textura añadiéndole materia orgánica: el compost, el mantillo o el estiércol bien descompuesto son elecciones seguras.

Si la tierra es muy pobre también hay que añadir elementos nutritivos sea en forma de abonos orgánicos (compost, estiércol, guano, harina de sangre o de huesos, humus de gusanos…) o abonos granulares de acción lenta. Es mejor añadir los acondicionadores, especialmente si son orgánicos, unos meses antes de plantar para que se vayan descomponiendo y liberando nutrientes.
A menudo resulta más adecuado hacer un buen agujero en el terreno, de al menos 50 cm. de diámetro y otro tanto de profundidad, y rellenarlo con tierra comercial de saco que intentar arreglar la tierra que tenemos. Esta técnica nos permite controlar con exactitud qué contiene la tierra. Para reducir el consumo de agua, es práctico cubrir el fondo del agujero con plástico lo que evitar la excesiva filtración del agua manteniendo la humedad cerca de las raíces.

Para mejorar la tierra

Múltiples y variados son los elementos acondicionadores que mejorar la textura de la tierra. Listamos algunos de los más comunes junto con sus características sobresalientes:

 
Arena: Mejora el drenaje de la tierra y la aireación de las raíces. No es conveniente usarla como único acondicionador para una tierra arcillosa pesada, no sería suficiente.

 
•Grava: Mejora el drenaje. Pesa bastante. Es muy adecuada como capa de drenaje al fondo de la maceta.

 
•Arlita: son bolitas de arcilla expandidas con calor. Pesan poco, mejoran el drenaje y la oxigenan las raíces. Es un acondicionador excelente, aunque resulta algo caro.

 
•Perlita: almacena aire y nutrientes en sus múltiples orificios. Airea muy bien la mezcla y drena con rapidez. Es un material muy ligero que se puede transportar fácilmente, por lo que es ideal para el cultivo de guerrilla. No es nada sano respirar el polvo seco de la perlita, hay que mojarla antes de manipularla o usar una mascarilla.

 
•Vermiculita: es mica expandida con calor. Se utiliza para dar textura a las tierras que drenan demasiado porque absorbe gran cantidad de agua y nutrientes.

•Compost: es materia orgánica en descomposición. Para fabricar compost se amontona la materia orgánica (hojas y plantas muertas, estiércol, restos de comida…), se humedece y se le añade algún elemento alto en nitrógeno (guano, orina, estiércol de pollos..) antes de dejarlo descomponer durante un año. Se puede tapar con una lona para acelerar el proceso. Si se añade compost a la tierra antes de que se descomponga bien, robará el nitrógeno a las raíces en lugar de proporcionárselo. Esto ocurre porque la descomposición de la materia orgánica requiere nitrógeno. Un buen signo de que el compost está listo para usarse y que liberará nitrógeno en lugar de consumirlo es un fértil y rico color oscuro. El compost contiene en ocasiones muchas semillas de malas hierbas o huevos de insectos.

 
•Estiércol: Hay muchos tipos de estiércol, dependiendo del animal que los produce: caballo, vaca, oveja, cerdo, pollo, paloma… Aunque su contenido en nutrientes varía, tienen buenas cualidades como acondicionadores del terreno. En general, es mejor usar estiércol bien descompuesto.

 
•Humus de lombriz: Son cagarrutas de lombrices. Constituyen un excelente abono para el cannabis a la vez que aportan textura a la tierra. Es muy difícil pasarse porque no quema las raíces pero no conviene poner más de un 30% de la mezcla.

 
Turba: La turba es materia orgánica parcialmente descompuesta. Viene de zonas donde el frío y la humedad han logrado que la descomposición se produzca muy lentamente. Absorbe mucha agua y da textura a la tierra aunque si se seca completamente resulta difícil volverla a humedecer. Es ese caso funciona muy bien añadir dos o tres gotas de jabón líquido concentrado por cada cinco litros de agua de riego. El jabón contiene unos compuestos humectantes que facilitan que el agua moje la tierra homogéneamente.

Seis recetas de tierra

Se puede cultivar cannabis en substratos muy diferentes. En realidad basta con que drenen bien, sean esponjosos y aguanten algo de humedad. La perlita, la arena y la lava volcánica dan drenaje y oxigenación a la mezcla. La tierra, el estiércol, el humus de lombrices, la turba o el compost añaden humedad y nutrientes. La vermiculita aporta principalmente humedad. Cualquier mezcla que aporte oxígeno, agua y nutrientes a las raíces servirá. Las siguientes recetas de tierra son todas válidas para el cannabis; unas son más húmedas, otras drenan mejor…pero todas funcionan bien.

Es importante vigilar la calidad de la tierra que usamos. La tierra fértil de prado puede ser muy buena pero también es posible que contenga semillas de malas hierbas o huevos de insectos. La tierra comercial de saco suele estar bien equilibrada y tener un Ph adecuado, algunas también se esterilizan para matar las semillas y los huevos. No se debe usar tierra vieja ya utilizada. La tierra usada tiene sales acumuladas y deficiencias de nutrientes. Siempre merece la pena plantar en tierra nueva, especialmente cuando se cultiva un vegetal tan preciado.

1) En una maceta de por lo menos 5 litros de capacidad o en un cantero, colocar 50% de tierra negra, 30% de perlita y un 20% de humus de lombriz aproximadamente.  
2) Mezclar bien tratando de que quede airado y esponjoso.




• Hay muchas recetas de sustratos, ésta sería como un promedio de todas.
• No es recomendable agregar ningún tipo de fertilizante en este momento.
• En todo el tiempo que dure nuestro cultivo, siempre hay que cuidar que en la superficie no se genere barro ni cascotes removiendo con una cuchara.
• También se puede agregar un poco de turba o coco para que conserve mas la humedad del sustrato y una capa de leca en el fondo de la maceta para que la tierra no se compacte y deje pasar el agua sobrante por los agujeros.
• La maceta tiene que ser clara para evitar el calentamiento por los rayos solares. NUNCA USAR RECIPIENTES TRANSPARENTES!!!

1 comentario:

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